
Según algunos investigadores, se trata de una danza en homenaje a la
Diosa Neit, madre de Ra (dios del Sol). Por una diosa guerrera, simbolizaba la destrucción
de los enemigos y la abertura de los caminos. La danza de la espada también
podía ser realizada como homenaje a Maat, la Diosa de la Justicia. En
contraposición, otros autores sostienen que se trata de un invento de los
pintores orientalistas (como Gerome), y que las bailarinas se inspiraron en
esas pinturas para crear esta danza. Otros, aseguran que las mujeres cuando
bailaban en bares, les quitaban a los guerreros las espadas para bailar, o que
danzaban para festejar batallas ganadas cuando sus esposos guerreros regresaban
a casa. Sea cual sea el origen correcto, sabemos que al ejecutar la danza, la
bailarina, utilizando un ritmo lento (como el chiftetelli o el masmudi)
equilibra el sable sobre la cabeza, las piernas, el busto, o lo apoya en la
ropa de danza y realiza algunos otros movimientos como el reboleo del sable, o
la danza de piso con sable, los giros con el sable en equilibrio, movimientos
que deben ser realizados con delicadeza.